En
la medida que avanza el siglo XXI, varias tendencias económicas y demográficas
están causando gran impacto en la cultura organizacional. Estas nuevas
tendencias y los cambios dinámicos hacen que las organizaciones y las
instituciones tanto públicas, como privadas se debatan en la urgente necesidad
de orientarse hacia los avances tecnológicos. Los hechos han dejado de tener
sólo relevancia local y han pasado a tener como referencia el mundo.
Los países y las regiones colapsan cuando los esquemas de referencia se
tornan obsoletos y pierden validez ante las nuevas realidades.
La nación tiene
la responsabilidad de proveer los cambios necesarios para que el sistema
educativo apunte a beneficiar a la gran mayoría de los ciudadanos, sin
excepciones ni discriminaciones de ninguna especie. Uno de los aspectos
planteados al respecto, lo constituye la cultura organizacional; el docente
debe tener el deseo de mejorar y capacitarse dentro del panorama de posibles
áreas en las cuales deba elevar su nivel de aprendizaje.
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